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Seat 127 4 Puertas
El ya conocido y popular Seat 127 está decidido a ser cabeza de ventas en España, al menos mientras dure la actual crisis de energía y, para ello, amplía al máximo las posibilidades de opción de los usuarios, manteniendo las características comunes y las ventajas del modelo base, pero enriqueciendo continuamente las opciones y mejorando la gama con nuevas versiones, como bien puede ser esta última dotada de cuatro puertas.
Este modelo fue presentado como primicia mundial en el pasado Salón de París y con él, Seat pretendía repetir la baza conseguida hace ya algunos años al dotar de 4 puertas al popular 850, solución que gozó de una gran acogida por parte de los usuarios. El caso es que, gracias a esta nueva versión, la gama del 127 queda realmente completa gracias a sus modelos de 2, 3 y 4 puertas en versiones normal o lujo, es decir, modelos base o dotados de todo tipo de opciones, con lo cual cada cliente puede elegir el modelo que más se acopla a sus necesidades y a sus gustos concretos. Una excelente baza comercial que sin duda aumentará sensiblemente los atractivos y éxitos del 127.
Hemos tenido ocasión de probar una de las primeras unidades de este modelo y, pese a lo que en principio nos parecía, el coche ha llamado mucho la atención a su paso por nuestras calles y carreteras; esto es algo que sólo suele suceder con modelos originales y el hecho de que la gente se fijara tanto en esta versión de un modelo ya muy difundido demuestra por sí solo el interés y la popularidad de que goza en estos momentos toda la gama.
Todo esto es bien comprensible en una situación como la actual, ya que a causa de la elevación del precio del combustible, la saturación del tráfico rodado, el aumento del 5,5 por 100 en el precio f.f. de los vehículos nacionales, lo alto de los impuestos que pesan sobre el automóvil, lo insuficiente de nuestra infraestructura viaria y, por último, la amenaza consumada de una limitación de velocidad en carreteras, hace que por lógica la elección de la mayoría se centre en los coches de pequeña cilindrada y soluciones modernas que garanticen la suficiente habitabilidad y prestaciones correctas con el mínimo gasto.
Cierto es también que esta situación no deja de ser transitoria y que una vez superado el período de crisis las tendencias se encaminarán de nuevo hacia coches más confortables y potentes, pero lo cierto es que, hoy por hoy, el 127 es el coche más popular del país y que esta nueva versión de cuatro puertas, aparte de redondear perfectamente toda una gama, ha de gozar de una gran acogida entre todos aquéllos que, estando en principio interesados por las soluciones que brinda el 127, gustan de un coche con algo más de empaque.
Pero, ¿cuáles son las ventajas reales de un cuatro puertas sobre un modelo similar con sólo dos? Pensamos que resultan bastante más limitadas de lo que a primera vista pueda parecer ya que se circunscriben tan sólo a una mayor facilidad de acceso a las plazas traseras; desde luego esto es siempre interesante para aquellas familias en las que figuren personas de edad avanzada y, de hecho, podíamos denominar a este coche como "el 127 para los abuelitos". Pero el coche no se venderá sólo por esto, ya que la solución de las 4 puertas gusta, en líneas generales, por la falsa impresión de dar mayor empaque al modelo.
Desde luego el modelo más convincente de toda la gama es el 3 puertas, pues aumenta sensiblemente el índice de polivalencia del modelo y, aparte de facilitar acceso al maletero, no altera en nada la resistencia de la estructura y aumenta las posibilidades de empleo del modelo; pero sucede que en este curioso país los coches con portón trasero son olímpicamente despreciados y se les considera algo así como furgonetas de reparto, mientras que un coche de 4 puertas, aunque sea de dimensiones reducidas y soluciones económicas, es valorado como un auténtico "haiga”.
Hemos realizado por lo tanto la prueba de un coche, o una variación, netamente española; no olvidemos que ya existe la experiencia del Seat 800 (un "600" con cuatro puertas) y la del 850 cuatro puertas, modelo que, como es ahora el caso del 127, sólo se fabrican en nuestro país, y es que nuestra especial idiosincrasia obliga, al parecer, a muy especiales variantes.
CARROCERIA
Berlina cuatro puertas que mantiene las mismas dimensiones y línea que el modelo original de dos puertas. El diseño del 127 nunca se planteó la necesidad de las cuatro puertas y buscaba por encima de todo unas dimensiones exteriores lo más reducidas posibles, pero que permitieran la mayor habitabilidad del habitáculo y maletero, recurriéndose por lo tanto a la tracción delantera y al motor transversal, mientras que la cola se dibujaba en declive, siendo ésta precisamente la zona menos lograda del modelo.
Con todo, un coche de líneas modernas, bastante racional y con la suficiente personalidad, aunque ésta última se alcanzó mediante una estética muy discutible; eso sí, un modelo sólido y de correctas dimensiones con su caja portante y su conjunto de largueros y travesados correctamente estudiados para garantizar una adecuada solidez del cuerpo central de la carrocería y una capacidad de deformación delantera y trasera capaz de absorber la fuerza de los impactos antes de alcanzar al habitáculo.
Pero la pena de vivir siempre a remolque de lo investigado en otros países puede provocar ciertos recelos entre los usuarios a la hora de decidirse por una variante no demasiado experimentada; es éste el caso concreto del 127 "4 puertas", ya que si la versión normal venía avalada por las pruebas realizadas en los laboratorios de pruebas de la Fiat, esta nueva versión queda totalmente al margen y siempre existe la duda sobre la auténtica solidez del conjunto que, desde luego, nunca será igual a la del modelo base.
Como ventajas, apuntamos la facilidad de acceso a las plazas posteriores, el montaje de unos asientos delanteros fijos y unos cristales traseros descendentes. Por lo demás, la línea se mantiene con los mismos detalles favorables y los mismos inconvenientes de siempre. El frontal es bastante atractivo, con unos faros rectangulares carenados y unos amplios pilotos de señalización que enmarcan a una parrilla acolmenada en negro, bajo la cual se sitúan cinco pequeñas tomas de aire. Los parachoques, tanto delanteros como traseros resultan excesivamente simples y, por lo tanto, poco convincentes.
El aspecto lateral es sumamente sencillo, quedando el coche algo "colgado" de su parte posterior a causa del feo diseño de la trasera, con unos cristales posteriores muy pequeños y de forma irregular. Faltan también unas válvulas laterales de aireación en los montantes traseros, que si ya eran difíciles de montar en la versión normal, en la "cuatro puertas" resultan prácticamente imposible. Las llantas son de chapa y disponen de 15 orificios para aligerar peso y permitir una mejor refrigeración de frenos. Por su parte las puertas delanteras mantienen sus buenas dimensiones típicas, mientras que el famoso acople de las traseras desmerece por lo diminuto de sus dimensiones y por montar, en gran medida, sobre la aleta de las ruedas traseras.
Por último, la parte posterior sigue siendo tan poco atractiva como siempre y lo único realmente positivo es lo bien situado de los pilotos que, como en todo coche económico, carecen de luces de retroceso. La mayor censura radica en lo reducido de las dimensiones de la luneta posterior y de la tapa de acceso al maletero; lo primero plantea un gran problema de visibilidad trasera, ampliado por lo ancho de los montantes del techo y que se podía mitigar con la presencia de un juego de retrovisores exteriores (que faltan en la versión standard); el difícil acceso al maletero quedó perfectamente solucionado con la versión tres puertas y ahora se plantea de nuevo, siendo una auténtica pena que un maletero de capacidad tan aceptable en un coche de categoría media-inferior, quede deslucido por este problema que plantea una vez más lo poco acertado del diseño trasero.
HABITACULO
El lanzamiento del 127 supuso un notable avance respecto a los antiguos modelos de categoría similar, un avance que se centraba especialmente en la modernidad del diseño, el replanteamiento de las soluciones técnicas convencionales y una mejora del nivel de seguridad. Todo esto es muy digno de ser tenido en cuenta a la hora de valorar el avance que ha supuesto este coche, pero también es cierto que en cuanto a confort y dotación se mantiene en el mismo estado de primitivismo que el ya desaparecido 600.
En efecto, el habitáculo es de aceptables proporciones y válido para acoger semiconfortablemente a cuatro (nunca más) personas adultas, pero tanto en dotación como en calidad de materiales, acabado, etc, estos habitáculos dejan muchísimo que desear.
Esto es un defecto común a todo 127 y la versión de cuatro puertas no es ninguna excepción, pero veamos sus componentes parte a parte. Acceso bueno, gracias naturalmente a la solución de las cuatro puertas, aunque en la versión normal tampoco es tan difícil acomodarse en los asientos traseros. Habitabilidad buena, se nota la tracción delantera, el diseño curvo de los laterales y otra serie de detalles típicos de cualquier diseño actual.
Visibilidad muy mala, cosa totalmente ilógica en un coche de diseño moderno y de la que tiene casi toda la culpa esa luneta trasera tan exigua y mal situada, a más de unas restricciones en el equipo que impiden la adopción de retrovisores exteriores. Asientos incómodos, mala tapicería y el dibujo y muy corto el respaldo, a más de quedar fijos y sólo permitir un deslizamiento de la base. Instrumentación pésima, al punto de parecemos un auténtico crimen que un coche de giro rápido, capaz de alcanzar las 6.200 r.p.m. carezca de cuentarrevoluciones y que cosas tan importantes como el control de la presión de aceite se encomienden a una simple lucecilla encarnada.
Un habitáculo nada convincente, especialmente por su exceso de soluciones económicas encaminadas a abaratar en lo posible el precio del modelo; pero como esta pobreza ha de desilusionar a muchas personas interesadas, en principio, por el modelo, la casa fabricante dispone de un buen equipo de opciones que van desde los asientos de respaldo reclinable a la luneta trasera con resistencia térmica, pasando por cristales coloreados y otra serie de detalles que van salvando esa gran desnudez inicial, aunque a costa del sufrido bolsillo del comprador, que se encontrará con una larga lista de opciones hasta disponer de un habitáculo correctamente equipado.
MECANICA
No se ha de registrar ninguna variación en este sentido ya que al abrir el capot del compartimento del motor nos encontramos con el ya clásico motor de 4 cilindros y 903 c.c. montado en posición transversal como es típico del 127; el resto de los elementos mecánicos permanecen también invariables y esto desilusiona un tanto ya que con tres variantes de carrocería entre las que elegir, el poder disponer tan sólo de una mecánica única deja a la gama algo incompleta. De siempre se ha hablado del interesante margen que tiene este motor y de lo bien que admitiría algunos CV de más; de hecho ya existen algunas preparaciones bastante eficaces y que, a más de demostrar el partido que se puede sacar de esta mecánica, apuntan hacia lo atractivo que resultaría el disponer, de fábrica, de una versión mejorada tanto de motor como de dotación.
Desde luego un semideportivo que parta de la base del 127 tendría que ser un dos puertas, pero pensamos que si la versión de cuatro puertas está pensada para familias numerosas y se supone que el coche va a circular de manera casi continua con sus 4 plazas al completo, un aumento de potencia siempre sería de agradecer.
Pero visto todo desde el plano de la economía este motor es excelente, ya que a su aceptable potencia une una magnífica elasticidad y, sobre todo, un consumo realmente interesante. Este motor es ideal, por lo tanto, para una utilización a media carga, ya que con dos personas a bordo hemos obtenido unos cronos muy interesantes con un consumo bastante bajo. También es importante, antes de proceder a una valoración definitiva de este motor, tener en cuenta que no se puede pedir un tonel de un solo racimo y es que este motor, como el coche en general, es modesto y tiene un límite que muchos pretenden superar de manera continua. Un motor de 903 c.c. con 47 CV que alcanza una velocidad máxima de 131 kilómetros por hora consumiendo una media de 8 litros a los 100 kilómetros y sin plantear problemas de ningún tipo es, desde luego, una auténtica joya; cierto es que no es un motor deportivo, ni el adecuado para un auténtico coche rutero; es un motor modesto y bueno para un polivalente que "vive" habitualmente en las ciudades y "cumple" en los viajes por carretera con bastante limpieza.
Pero no es sólo el conjunto motriz el que salva de la medianía a este modelo ya que su suspensión, dirección y frenos son una baza estimable y permiten un comportamiento realmente sano. Recoge este coche todas las ventajas propias de un buen tracción delantera y asegura, por lo tanto, una conducción cómoda, rápida y segura en cualquier tipo de ruta. La estabilidad es excelente, acusándose tan sólo una excesiva tendencia al balanceo lateral y un tanto de deriva a causa de la escasa anchura de sus llantas; por su parte la dirección, de cremallera, es de gran precisión y se maneja con toda facilidad permitiendo todo tipo de correcciones y finalmente, el sistema de frenos es bastante proporcional al peso y a las prestaciones del modelo, acusando tan sólo una cierta tendencia al calentamiento.
En resumen, una mecánica moderna, lógica, muy adecuada a las características generales del modelo y que da un excelente partido, tanto que algunos pretenden encontrarse en un modelo de más categoría y eso, desde luego, es el mejor piropo que se puede echar a un coche.
COMPORTAMIENTO
En ciudad .— Coche muy ágil, de conducción cómoda y perfectamente manejable, salvando las lagunas de una muy mala visibilidad trasera. También se ha de apuntar a su favor lo moderado del nivel sonoro pese a tratarse de un tracción delantera y la suavidad de la suspensión que, desgraciadamente, no se ve complementada con unos buenos asientos. Tanto los mandos principales como los secundarios están perfectamente situados y su manejo resulta cómodo. La calefacción es eficaz y la ventilación mediocre. En el capítulo de consumo se consiguen muy buenas cifras, sea cual sea su régimen de utilización, pero resultando especialmente favorecido por la gran elasticidad del motor que, por otra parte, simplifica y hace más cómoda la conducción en este terreno. El arranque en frío es, en principio, bueno, aunque siempre se ha de recelar de un coche cuyo generador de corriente es una dinamo.
En carretera.— Muy bueno para su categoría, con el suficiente brío de motor y un comportamiento muy noble que proporciona una gran seguridad; cierto es que en la utilización a plena carga se le nota algo escaso y que intentado mantenerlo, el consumo de gasolina sube muy por encima de los valores normales, pero a velocidad crucero, esto es, entre 100 y 110 kilómetros por hora el consumo es muy convincente, al igual que el comportamiento en general. Dispone también de un buen índice aerodinámico y su sensibilidad al viento lateral es mínima. Como defectos, los ya apuntados de un exceso de balanceo y deriva.
En Autopista.— Buena velocidad máxima, con el peligro constante de pasar al motor de su régimen máximo a causa de la falta de cuentavueltas. Por lo demás, un correcto comportamiento en recta, poco sensible al viento lateral y con buena capacidad de retención y la suficiente potencia de frenado, siendo también muy agradable el gran dominio que proporciona su excelente sistema de dirección. En el capítulo de consumos también sale muy bien librado y en el de nivel sonoro se nota un aumento al circular a régimen máximo.
· T. Cavanna (MOTOR MUNDIAL nº 355, Mayo 1974)
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