|
Citroën BX Sport
En la actualidad, la gama del Citroen BX en sus versiones de gasolina la constituyen, en cuanto a motorizaciones, el 14 (72 CV), el 16 (92 CV) y el GT (105 CV), todos ellos, fabricados en España. Desde hace un par de días se añade un nuevo elemento más, lamentablemente -por su precio- importado de Francia, con ya una más que respetable cifra de caballos: 126. Se trata de un experimento de la marca, encargado a un preparador del prestigio de Danielson y en un número limitado de unidades, pero que constituye una realización brillantísima, capaz de superar los 200 kilómetros por hora (en condiciones favorables), llamada a potenciar la imagen del BX como automóvil también deportivo.
En definitiva, se ha llevado a cabo un notable trabajo para proporcionar más potencia y brillantez al conjunto. Por cierto que, para quien quiera transformar su actual GT en un Sport, se le ponen las cosas muy difíciles y sobre todo, muy costosas.
Si en el GT se recurría a un carburador doble, en el Sport se utilizan dos dobles, con un nuevo colector en aluminio y cuatro cortas trompetas de admisión. El trabajo realizado ha sido magnífico. Se obtienen 126 caballos (un 20 por 100 más que en el GT) y, sobre todo, una curva de par muy progresiva y plana. Aunque el régimen de par máximo se sitúa muy alto, a 4200 rpm, a 25OO rpm ya tenemos los 16,5 mkg de la versión GT. Con esto queremos decir que el motor del Sport es enormemente progresivo, siendo fácil de conducir incluso en ciudad, ya que a partir de 2000 rpm podemos salir en 5ª velocidad sin problemas.
Los frenos son más que suficientes para detener los 1010 kilos de peso (10 más que el GT) en toda circunstancia, con el tacto tradicional de los Citroen, en los que apenas hay recorrido en el pedal. Es fácil bloquear las ruedas en mojado y prácticamente imposible efectuar un punta-tacón por esta ausencia de recorrido.
La caja de cambio se maneja con una enorme suavidad. Se ha acortado el grupo cónico y se han modificado las relaciones de la caja. La 5ª es de 33,1 kilómetros por hora a 1000 vueltas, que es un valor de compromiso entre una larga marcha de desahogo y una quinta de utilización deportiva. Prueba de ello es que la velocidad máxima se alcanza en esta marcha solo ligeramente por encima del régimen de potencia máxima, concretamente a 5950 rpm. El motor, en llano, ya no tira más y ayudado por el desnivel, puede aun subir hasta las 6050 rpm y alcanzar los 200 km/h de cronómetro, que se transforman en 215 de marcador, por cierto, bastante preciso. Afortunadamente, Citroen ha retornado al sistema de relojes, que apareció en el GT sustituyendo a su querido marcador circular lupa y colorines.
En cuanto a prestaciones, nada que reprochar. Al margen de la velocidad punta, las aceleraciones y recuperaciones, favorecidas por una caja de cambio bien escalonada y de accionamiento rápido, son dignas del nombre adoptado. Los adelantamientos se hacen en un santiamén, lo que proporciona una seguridad encomiable. En definitiva, el coche se tiene, anda y consume razonablemente, ¿qué más se le puede pedir?: que sea bonito.
Consumo (litros /100 km)
Prestaciones
Frenos Distancias de frenado (en metros)
CARROCERÍA ****
Pues bien, a juzgar por el interés que ha despertado en todos los que lo han visto circular, tenemos que afirmar que el BX Sport es también bonito. El “pizzicato” a que ha sido sometido ha logrado el resultado esperado: sin llegar al horterismo, se consigue un atractivo notable con los elementos adicionales. El alerón posterior es el toque más original, pero no único, ya que los aletines (obligados ante el incremento en la anchura), el spoiler delantero con los faros incorporados y los estribos longitudinales le confieren una personalidad propia que sin duda envidiarán muchos de los usuarios de los actuales GT. Estamos convencidos de que si alguien se decide a comercializar estos elementos de plástico los va a vender como rosquillas incluso entre los propietarios de los más modestos BX 14... y si no, al tiempo.
En cuanto a la carrocería en sí misma, es sobradamente conocida coma para insistir demasiado. Es suficientemente amplia, con un generoso maletero, fácil de cargar. Como es una versión limitada no tienen ninguna opción, porque sería interesante ofrecer el asiento partido, (que no se ofrece en ninguna versión) y desde luego el aire acondicionado. Por línea y cristales tendidos, el interior es caluroso; pero además, con la tapicería especial del Sport, en color negro, resulta atormentadoramente caluroso. Afortunadamente la ventilación no es mala. El puesto de conducción ofrece unos buenos y cómodos asientos, con reglaje de altura e inclinación, en el que se han solucionado en parte los problemas de curvatura de respaldo o al menos estos, algo más duros que los conocidos del BX, nos han parecido mejores para el apoyo dorsal.
Los mandos, muy agrupados alrededor del volante, son eficaces, pero complicados para quien conduce el coche por vez primera, a la vez que criticables algunos aspectos, como los mandos del claxon. Un reloj de cuarzo en postura absurda es lo más criticable. El equipamiento es completo pero no excesivo. Faltan relojes de temperatura de agua y aceite, aunque tiene un avisador de puertas abiertas. Incorpora elevalunas eléctricos delante, pero no detrás como el GT y cierre centralizado, con mando en las dos puertas, mucho más lógico que la moda de los alemanes de apertura y cierre únicamente en la puerta del conductor. El maletero solo puede abrirse accionando las cerraduras de las puertas, lo que es molesto cuando se quiere utilizar el maletero... pero en fin, todo esto son pequeños detalles nimios que en nada ensombrecen las cualidades del modelo, en el que, por cierto, hemos apreciado una notable diferencia en calidad de terminación muy de agradecer, aunque reconocemos que Citroen ha ganado mucho en los últimos años.
Sonoridad
Equipamiento
FRENTE A SUS RIVALES
¡Que lástima! Que pena que el precio del Sport nos eche por tierra parte de las ganas de comprarlo. Aunque aún no se ha fijado, finalmente, habrá que pagar alrededor da los dos millones y cuarto de pesetas por el más potente BX. Y eso lo aleja de alguno de sus teóricos rivales, a los que, por otro lado, no es fácil encontrar. Porque coches de 130 caballos de potencia, en una categoría media/alta como el BX, sin las incomodidades de los puramente deportivos, se cuentan con los dedos de una mano. El BMW 320i se aleja por precio, al igual que el Audi Coupe (al que por cierto se parece bastante exteriormente). El Sierra y Ascona (probado la pasada semana) se quedan ligeramente cortos de potencia, si bien son notablemente más baratos. Otros, como el Kadett GSi se inscriben en una categoría inferior.
Otro tanto podríamos decir del Fiat Ritmo 130 Abarth, pero coincide con el BX Sport en potencia y precio, por lo que lo consideramos un rival directo. En definitiva, nos encontramos con cuatro rivales directos. Curiosamente, tres son italianos y el cuarto, nacional: el Renault 18. La verdad es que la berlina de Renault no tiene nada que hacer frente al BX; ya en su día, quedaba derrotado por el BX GT, así que …. Luego, ya entre los demás, es cuestión de gustos. Por amplitud, el BX es superior. Como, por otro lado, el BX es un coche altamente equilibrado y fácil de conducir, nosotros, con muy pocas dudas, nos inclinamos por el buen BX Sport ante estos rivales aquí ofrecidos.
CARACTERISTICAS TECNICAS
· Texto: J. M. Cernuda. Fotos: A. J. Nieto (MOTOR 16 nº 91, 20 de julio de 1985) · Gracias a Jose Fidel por enviar el reportaje
|
|